23 de marzo de 2017

Exotitulación

(Publicado en Escuela el 23 de marzo de 2017)

Enseñar sobre materias para las que no se ha tenido formación universitaria no es algo raro en secundaria. De hecho, seguramente hay más historiadores que geógrafos, biólogos que geólogos y químicos que físicos en nuestras centros y todos ellos tienen que enseñar contenidos que no son propios de su especialidad universitaria. Supuestamente la oposición garantizaría las competencias para la enseñanza de todos los contenidos de cada especialidad docente, pero no son pocos los profesores que siguen manifestando cierta querencia por las materias más próximas a su formación inicial. Así no es raro que muchos químicos eviten, si pueden, dar la Física de 2º de bachillerato o que las materias de Geología o Historia de Arte tengan demanda por parte de los alumnos dependiendo de si en el centro hay o no un especialista que apueste por ellas.

Sin embargo, al margen de los recortes, hace tiempo que existe otro fenómeno, más radical, de carácter no muy diferente al de las viejas y denostadas afines. En los años en que la demografía, los cambios curriculares, la bonanza económica y la disminución de las ratios generaron una incorporación masiva a la función pública docente, en determinadas especialidades de secundaria la oferta de empleo llegó a ser superior a la demanda desde las especialidades universitarias correspondientes. Ello hizo que accedieran a ellas titulados procedentes de otros campos.

La exotitulación propiamente dicha se daría cuando a una especialidad docente acceden titulados de una especialidad universitaria para la que existe otra especialidad más concordante en secundaria. Más que el caso, por ejemplo, de los pocos médicos que hayan podido acceder a la especialidad de Biología y Geología (su especialidad no existe en secundaria), sería el de quienes, no habiendo querido o podido acceder a la especialidad docente que les resulta más próxima, acceden a otra diferente.